Destinia estudia la posibilidad de cerrar la venta de reservas de Lufthansa y del resto de aerolíneas del grupo (Austrian Airlines, Brussels Airlines, Lufthansa y SWISS) ante la decisión de estas compañías de cobrar un recargo de 16 euros aplicable a las reservas realizadas a través de sistemas globales de distribución (GDS). “Esta batalla con Amadeus no es nueva. American Airlines ya hizo una estrategia similar en 2010, tratando de redirigir el mayor número de ventas a su canal directo y presionar a los GDS para negociar. Vamos a ver cómo termina este pulso antes de tomar una decisión final”, señala Amuda Goueli, CEO Destinia.
La agencia de viajes online alega que la batalla de la aerolínea con Amadeus perjudica al consumidor y busca expulsar a las agencias del mercado
Destinia tiene varios elementos sobre la mesa para valorar: la posición de dominio que el grupo Lufthansa tiene en algunas rutas, con cuotas de hasta el 80%; los costes que pueda suponer integrar una plataforma de contratación directa que la aerolínea quiere imponer y los problemas de competencia que “redundan en el consumidor, que va a ver sus opciones de elección reducidas”, añade.
A día de hoy, lo que conocemos es que Lufthansa tiene una web específica para que los agentes de viaje hagan las reservas de manera manual –lo que limita y encarece la operativa cotidiana al no ser un proceso automatizado–. Pero no existe una plataforma para una integración online. “Si queremos mostrar en nuestra web los precios de Lufthansa, solo podemos hacerlo con una penalización impuesta de 16 euros, lo que reduce la capacidad de elección de nuestros clientes y es un claro intento de expulsarnos del mercado”, asegura Goueli.
Si la intención a medio plazo es crear una plataforma con la que Lufthansa quiera trabajar con las agencias, integrarla llevará meses de trabajo de programación. “Una labor que no solo implica costes que tendremos que asumir, sino que muchas pequeñas agencias no tendrán capacidad ni medios para hacerlo”, añade el directivo. Hay que tener en cuenta que Destinia, por ejemplo, trabaja con cerca de 600 aerolíneas, por lo que si cada una decidiera imponer su propia plataforma directa constituiría una operativa muy costosa de mantener.
“Las aerolíneas crearon los GDS; luego suprimieron las comisiones a las agencias de viajes y ahora atacan a los GDS. Si más aerolíneas siguieran esta senda sería perjudicial para la competencia del sector. Creemos que Bruselas debería estar muy atento a lo que suceda”, concluye Goueli.